Fractales Sakura nace de un instante de tensión entre la naturaleza y la energía. La superficie de la madera, normalmente serena, se convierte aquí en un escenario donde la electricidad dibuja sus propias reglas. Utilizo un transformador de microondas para aplicar más de 2000 voltios sobre la madera, provocando una reacción que recorre las fibras como si fueran arterias vivas. El resultado: ramas oscuras que se abren paso, siguiendo el camino de menor resistencia a través de la savia seca de la madera.
No hay forma de predecir el dibujo final. Cada pieza es una obra única, un diálogo entre lo controlado y lo aleatorio. Yo lo llamo un poco "arte natural", pero también "arte aleatorio". No diseño el patrón, solo lo invoco y dejo que la electricidad haga su trabajo. Como un cerezo en flor que elige dónde brotar, esta técnica —a medio camino entre la física y la contemplación— da lugar a fractales que recuerdan ramas de sakura, los cerezos japoneses que florecen en primavera.
Fractales Sakura es un homenaje a la belleza que emerge del caos, al instante en que la energía se convierte en forma, y la madera revela su alma invisible.
